(Rosario,
Santa Fe 28/12/1973 – 30/9/2008)
CIBERTESIA
”You
live life as if it's real,
A
Thousand Kisses Deep”
Leonard
Cohen
I)
Se
sienta.
Es
la tarde arbitraria de un día anecdótico.
Hombre
y fecha se hermanan: ambos carecen de accesorios, de fragancias.
Sabe,
más aun, apologiza, que existen momentos en los que se necesita de
la impunidad de un teclado para ejecutar un acto.
De
amor.
El
humo es expulsado suavemente.
Ella,
ahora también omnisciente ante la conciencia del oxímoron de la
línea precedente, sonríe. (Aunque quizá lo haga por la inminencia
del juego).
Una
pantalla, un speculum: es todo lo que necesita.
Una
mujer que ama.
Las
cálidas tardes.
Otoñales.
II)
Chat,
Nick, Web.
Palabras
intraducibles. E incapaces de traducir.
La
reptante angustia de los torpes dedos crepusculares, el estúpido
cosquilleo de la palabra camuflada; de los humanos.
Sin
embargo, y he aquí lo que merece ser narrado, dos personas - con
sólo unas pocas horas de coqueteo virtual, nunca un tête
à tête - confabulan un encuentro.
Que
ya ha dejado de ser secreto.
III)
El
restaurante escogido (por él) es elegante, minimalista. ¿Voy
vestida de alguna manera en especial?, digo, para que me reconozcas,
había escrito ella. Solamente andá, había sido su lacónica
respuesta. Jamás se hubiese animado a confesarle, la menos en esa
instancia, su inocente sospecha de que las personas como ellos las
conectaba algo más que un cable. No quiero caer en lugares comunes,
no quiero ser trillado, desea el hombre mientras ofrece fuego a su
compañera (¿es realmente él quién tiene este deseo?). Ella,
desfigurada por el nerviosismo, expulsa el humo violentamente. ¿Vino?
Tinto. ¿Postre?
Café.
¿Una copa de champagne para brindar? Dale, pero... ¿brindamos
por...? No sé. El diálogo, entonces, se descompone en risas, podría
afirmarse que comprometedoras.
¿Te
acompaño hasta tu casa?
Sí.
IV)
Llegan.
El
azar evita cualquier hollywoodense suspense erótico. No hay amagues
de besos.
Robados,
tardíos.
Pasá,
ponete cómodo, dice mientras termina de sacar la llave.
Gracias.
V)
Ella
duerme, cobijada por sólo una pulcra sábana a lunares. Él mira el
techo, enterrado bajo el millar de besos al que su cuerpo todavía no
se acostumbra.
Tabula,
de fatal a melancólica, un sueño sin remanso en el que su padre
inventa una máquina para detener el tiempo y convertir la vida en un
ciclo indoloro, mudo, donde el vino es rojo, y las flores, también.
Lamenta,
intentando dormir su insomnio, no haber brindado por las dos
caricaturas que, habiendo previamente dejado encerrados en sus
respectivas viviendas a sus yo reales - ¿o es a la inversa? - ,
emprendían una rutina sentimental.
Entonces
teme ser.
Observando.
VI)
Se
despiden, conjurándose para el día siguiente. Se abrazan: son un
quiasmo de olores.
El
cielo del mediodía está despejado, sin una nube.
De
un momento a otro, va a llover.
Así
funcionan estas cosas.
Caminan
sin prisa, ya que desconocen los futuros desquicios temporales.
Ignoran
también, que son monitoreados por un pretencioso impostor.
De
Alessandro Baricco.
De
La Avispa 29, 2005 (pag. 34)
Dirección: Marcela Predieri
Dirección: Marcela Predieri
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Poeta,
traductor y escritor
Seudónimo :
Guillo Percal
Libros
publicados
1995
- Otras Yerbas, Poemas Lunáticos - Edición del Autor – Rosario
1998
- Post Scriptum (en colaboración con Julián Sinopoli) – Ciudad
Gótica, Rosario
1998
- Maldita Antología. Recopilación y traducción de textos de los
siguientes autores:
William
Blake, Edgar A. Poe, Charles Baudelaire, J. A. Rimbaud
y
Charles Bukowski – Edición del Autor, Rosario
Premios
1997
- Primer Premio Festival de Poesía L'Erótica. Barcelona, España
2004
- Mención VI Certamen Internacional de Poesía Nuevo Ser
– Buenos Aires
(donde
fue seleccionado para integrar con seis poemas la Antología Letras
del Mundo)
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