domingo, 16 de agosto de 2015

Vecchioli, Mario Manlio Renato Federico (Vecchioli, Mario R.)


(Sunchales, Santa Fe, 25/03/1903 - Rafaela, Santa Fe, 20/11/1978)
LOS INMIGRANTES

Eso que el barco tira sobre el muelle
con el desdén con que se arroja un bulto,
es el dolor sobrante de una raza
que supo del poder, la gloria, el yugo.

Carnes sufridas de los verdes valles,
de la campiña, la montaña, el burgo.
Gringos que vienen, apretando
su lástima en el puño.

Pero esos hombres que hablan un idioma
de música y arrullo,
esos desheredados hombres
de ojos tranquilos y de brazos rudos,
son lo que traen el mañana,
los que alzarán el porvenir a pulso,
ennobleciendo el pan de cada día
desde la oscura dimensión del surco.

La sangre fuerte que con ellos viene
les llora el tiempo que quedó tras suyo:
la casa, el pueblo, los afectos,
las cosas todas del terruño.

Más tarde, todavía
lejanos vientos les traerán susurros
de la patria inolvidada. Y los recuerdos
les morderán como un dolor agudo.

Pero ellos son los númenes
que han de crear un mundo.
Y enfrente está la calle
donde el destino los aguarda, oculto.

¡Y sin temblar se llevan su coraje
a conversar con el futuro!

Gentileza: Biblioteca Popular "Sarmiento - - CEC.
"Palabras Rafaelinas" - Escritores Rafaelinos Agrupados (ERA).

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CIUDAD DE RAFAELA
MARCHA-CANCIÓN

Era solo la pampa salvaje
Con anhelo de paz y de hogar,
Los pioneros echaron la estrofa
Para el alba de un nuevo cantar.

El augurio corrió por los aires
Y la tierra y el hombre y su afán
Se lanzaron sin más al futuro
En el nombre del hijo y del pan.

Y aquí estás, aquí estás, Rafaela.
Ciudad nuestra, feliz, fraternal;
Llama eterna que nos ilumina
Con el fulgor de supremo ideal.

Que por siempre embanderen tu nombre
El trabajo, la fe y el amor.
Que por siempre tu pueblo sea digno
Del ayer y tu gran fundador.

Que jamás, que jamás se detenga
Tu latido armonioso y cordial,
Y la sobra viril de tus gringos
Te acompañe en tu ruta triunfal.
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SOLEDAD

Aquí, la soledad.
La sola soledad de mi alma sola.

¿Qué se hizo de tu voz
callada ahora?
¿Qué del jardín, sólo por ti fragante?
¿Qué del incendio de la rosa?

Allá, en algún país de tiempo,
llueven ajenjo las palabras rotas.
Y un horizonte musical se quiebra
en grutas melancólicas.
¿Tal vez tu voz, y con tu voz la mía,
aun vagan por sonoras costas,
más allá, más allá del infinito,
buscando siempre la perdida aurora?

Tu distancia arborece,
y hay ráfagas amargas que preotoñan
sobre el silencio donde amarilleas.
Densas circulan, ásperas, las sombras.
El ruedo del estío, naufragado,
ya al neblinoso corazón no torna.
Y una llovizna gris –sabor de nada–
se va detrás del párpado, incolora.

Vacío, soledad.
Una abismal ausencia se desploma,
desnuda de tu acento
y de tu forma.

Frente a la angustia, con la noche encima,
¡la sola soledad de mi alma sola!

Publicado en el Nro. 15, verano 2008.
"Palabras Rafaelinas" - Escritores Rafaelinos Agrupados (ERA)

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LEJANO PUEBLO MÍO DE MI INFANCIA

Ranchos de lata y perros hacia el este.
Al norte los tunales y la pampa.
Y un occidente gris de camposanto,
perdido entre esmeraldas.

¡Es un antiguo tiempo de la sangre
esta dulce provincia de mi infancia!

El pueblo estaba al sur. El pueblo
era un domingo de camisa blanca,
pañuelo perfumado
y el nudo maternal en la corbata.

Aldea de labriegos,
con mostradores de buen vino y grapa,
almacenes que olían a pimienta
y verdinegras zanjas
donde los sapos celebraban lluvias
en un idioma secular de gárgaras.

País de Liliput, al que se iba
con infantil curiosidad de chacra.

¿Cómo explicar aquellas tribus gringas,
vestidas de importancia?

¿Y esa tiesura grave,
tal vez con presunción de aristocracia?

Primero era la misa,
con su latín que nadie interpretaba.
Misa de rogativa de cosecha,
más que de amor a Dios y de alabanza.

Después, afuera, el sólito concilio.
Interminables, efusivas charlas,
con el virtuoso tema femenino
de encajes y de ropa almidonada.
Juegos y gritos del tropel de niños.
Dudosos secreteos de muchachas.
Sonrisas complacientes de las madres.
Y el viejo cura, con su cara santa,
remolineando de un corrillo a otro
la astuta inquisición de su sotana.

Los hombres, mientras tanto,
con firme empeño y en brillante carga,
ya habían conquistado las esquinas.
Y entre “toscanos”, cantos, carcajadas,
y cuentos de sabor que no se dice,
se echaban el boliche en la garganta.

¡Felicidad de gente laboriosa,
que un largo cuatro rumbos de volantas
desparramaba de regreso al campo!

Pueblo mío, de fábula.
Con sus baldíos de oxidados sunchos,
plaza de pencas y de fiestas patrias…

¡Es un antiguo tiempo de la sangre
esta dulce provincia de mi infancia!

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- Escribió fundamentalmente poesía, aunque también publicó cuentos y novelas
   de folletín en diversos periódicos
- Autor de la letra de distintas marchas
- Fue fundador y director de las revistas literarias Revista Social (1939),
   Aleteos (1944) y Mi revista (1945)
- En el año 2012, la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe lo declaró
   "Escritor Destacado de la Provincia Post Mortem"

Libros publicados

1946 - Mensaje Lírico
1948 - Tiempo de amor
1950 - La dama de las rosas
1952 - Silvas labriegas
1970 - De otros días
1974 - El sueño casi imposible
1975 - Lugar de tierra nuestra
1977 - Reiteración del hombre
1981 - Obra poética édita e inédita – municipalidad de Rafaela – 4 tomos OP

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