viernes, 21 de agosto de 2015

Yurkievich, Sául


(La Plata, Buenos Aires 1931 - Caumont-sur-Durance, Francia, 27/7/ 2005)
TÁPATE

Tápate. No tomes frío.
De ayer noche, esa deshora
a reculones viene. La prieta opaca.
Esa torva te destempla,
con la sombra avanza, amedrenta,
y por más que te cubras, te desviste.
Abrígate, retrógrado, redivivo niño.
Íntimo infante, criatura añeja,
métete más adentro, niño hombre,
encógete bajo la cobertura:
hazte chico.
Hasta la cabeza con la frazada cúbrete,
que nada quede afuera, a la intemperie.
Ponte todo lo que resta,
todo lo tuyo,
con todos los tuyos envuélvete.
No cuentas con tu madre.
Calor no da. Tan sólo
cierto resplandor.
Lejos sonríe. Te habla
y no la oyes. No sabes
qué te dice, dónde.
Tu padre, ajeno, disminuye,
emblanquece, se distancia.
En una noche tuvo
absolutamente todo el frío,
todo el desamparo junto
desarropándolo se empecinó con él
entre sus sábanas. Y sin tutela
estuvo. Así de golpe, proscripto,
totalizó su nada.
Y no te encontrabas a su lado
para resguardarlo de la helada.
¿Ahora qué pretendes?
¿Quién, para apadrinarte?
Íntegramente huérfano,
tus sucesivos padres
uno tras otro cesaron.
Este se llevó el sillón
con el respaldo oval, mullido.
Otro, la mesa de fresno,
ésa donde escribías.
El último quedó con tu sombrero.
Por poco te saca el anteojo, y la vislumbre.
Tus buenas prendas, tus filiaciones
se repartieron al partir.
Hasta tu resma.
Cornisas te dejaron, pero no techumbre.
Nada más que ojeras.
Aquel pañuelo, el del festón.
No más que huesos, cualesquiera,
en tus ralos anaqueles, te dejaron.
Un metacarpo, un húmero, un calcañar
(no un sacro), con inscripciones
en alguno de sus dorsos.
Te prohíjan, pero no puedes hacer fuego,
aunque de a ratos, a rachas,
la fibra te tirite, huesa se vuelva.
Abuelo huérfano, niño de tu yo, tápate.
Hasta el tuétano, tápate.
Oscurece, oscureces. No tomes frío.
Es tarde. ~

Vuelta, 209, abril de 1994

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REVOLUCIÓN

                                                                   a Emilio Pernas

Las sillas se sentarán sobre nosotros
las perchas se nos colgarán
los pisos habrán de arrastrarnos
seremos empujados por la puertas
pateados por las pelotas
tirados por las barajas
arrugados por los papeles
mojados por los pañuelos
encendidos por los fósforos
disueltos por los azúcares
revueltos por las cucharas
bebidos por el agua
y no será más que justicia.

Ciruela la loculira, La Plata, 1966

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ESBOZO

Confundes la belleza con el estremecimiento:
lo que porta con lo que aporta.

Es –dices– la trémula singularidad,
luego la gracia, el no sé qué,
el modo o la manera de,
lo muy poco y lo muy mucho,
la nada o el colmo; depende –dices.

No lo sublime, no precisamente;
más bien, en lo admirable, lo mirable.
(¿Suprimes lo sublime?: lo subsumes.)

Cosa de afectos y de efectos –dices–
efectos de los afectos, afectos de los efectos: remolino.

El dolor se fija en una forma,
en su figura queda suspendido
y se transfigura: deleita.

La figura: nube
a la vez visible e intangible.

¿Y lo informe? ¿Y lo feo?
Efectos de lo real –dices– de la razón insuficiente.

Pero la bella totalidad se deshace,
las palabras tienden vínculos inciertos,
el ser se separa de la idea,
se sabe sin saber.

Soy lo que soy –dices–
soy lo que no soy
no soy lo que soy
no soy lo que no soy: vértigo.

Eso no tiene nombre
(ningún eso lo tiene)
se da, se hace, transcurre, opera.

Apariciones son: apariencias
(pases, poses, posturas, imposturas)
pizcas de existencia
(ninguno, nadie, nunca, nada)
modos de ser: del ser: paradojas
por las que toda substancia
(todo lo substancial)
se extenúa: melancolía,
borratina: quizá sea así el mal,
el sinsentido como amenaza.

Otra voz, no la propia, cuando alcanza,
no poseída: posesa, llega.

Otra voz, pero de quién, de dónde.
Sublime, quizá, mas insumisa: ¿ignota?
sin mandamiento: relámpago.

Un momento el pandemonio esplende,
genera su sentido en la distancia
y la voz se ve.

(Como privada de expresión,
viéndose en el verse,
la voz se ve.)

Vaivén, México, 1996.

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Poeta, narrador, crítico, ensayista y docente.
Residió en Francia desde 1966

Libros publicados

1958 - Valoración de Vallejo – ensayo – Universidad Nacional del Nordeste
1960 - Realidad y poesía: Huidobro, Vallejo y Neruda. Caracterización de la poesía
              contemporánea – ensayo-  sin mención de editor,
1961 - Volanda linde Lumbre – poesía – Altamar
1962 - Carlos Mastronardi – ensayo – Ediciones Culturales Argentinos
1965 - Cuerpos – poesía
1966 - Berenjenal y merodeo – poesía – Ediciones del Asterisco
1966 - Ciruela de loculira –poesía – Ediciones del Asterisco
1968 - Modernidad de Apollinaire – ensayo – Losada
1969 - Fricciones – poesía – Siglo Veintiuno
1971 - Fundadores de la nueva poesía americana: Vallejo, Huidobro, Borges,
              Neruda, Paz – ensayo – Barral Editores (edhasa,2002)
1973 - Retener sin detener – poesía – Editorial Llibres de Sinera
1976 - Poesía hispanoamericana 1960-1970 – Ensayo – Siglo Veintiuno
1978 - La confabulación con la palabra – Ensayo – Taurus
1978 - riobomba – poesía
1980 - Envers – poesía edición bilingüe, español / francés
1982 - Acaso acoso – poesía – pre-textos
1984 - A través de la trama. Sobre vanguardias literarias y otras
              concomitancias – ensayo – Muchnik Editores
1984 - De plenos y de vanos – poesía – Artífice, México
1988 - El trasver – poesía – Fondo De Cultura Económica, México
               (1993, Tierra Firme, Buenos Aires)
1996 - Vaivén – poesía – Fondo de Cultura Económica, México 
2001 - El huésped perplejo – poesía  con dibujos de Julio Silva – Fondo de
              Cultura Económica, México
2002 - Sueño del ojo y del espejo – poesía  ilustrado por
              Jorge García Pfretzschmer – Fondo de Cultura Económica
2003 - Background noise / Ruido de fondo – poesía  edición bilingüe,
              español / inglés – Catbird Press

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