(Buenos
Aires 1956)
CAFÉ
DE POR MEDIO Y LLUVIA
Perderé por un tiempo el ritmo de tu altura y tu sonrisa, el contorno de tus manos sobre las mías, acaso tu frente contra mi cadera...
La distancia tiene pulso de corazón.
Volveremos a vernos cuando el verano regrese, y no sé para entonces cuánto nos habremos ausentado, pero acompañados por rumbosos ríos, y en nosotros nuevos y extraños pájaros, hablaremos como si el viejo Darwin y el Barón von Humboldt se hubieran encontrado un día a conversar, cafe de por medio y lluvia.
(y asi fue)
De
Paisajes contra la muerte,1989
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MIGUELITOS
Y
llegará el día en que se queden sin trabajo los gomeros
y
el planck-planck de sus mazas golpeando sobre las llantas
no
se escuchará en ningún rincón del mundo.
Para
esa época en que los árboles crezcan sin presagios horribles,
y
las gomerías sean motivo de académicos,
propongo
que ocupen un lugar de privilegio y reconocimiento
en
las salas del museo humano sobre la era de la barbarie
por
la pesada y primitiva labor de sus hombres rudos y fuertes.
Y
propongo también que un sector especial de tal museo,
dedicado
a los pueblos que enfrentan a los transportes terrestres,
se
presenten los ejemplos de sus métodos heroicos y rudos
como
la quemazón de círculos de caucho sobre las rutas,
o
un simpático y sencillo nudo de hierro,
eficaz
como algunas armas primitivas,
que
los antiguos llamaron curiosamente miguelitos.
De
Legado de poetas (pag. 69)
Poesía
Social Argentina 1956-2006
Ediciones
Patagonia, 2007
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Y
YO HABLARÉ
Acaso
alguna noche,
sin
preguntar si mi hijo duerme o mi mujer,
me
quiten de la casa y de mis libros
y
me exijan que hable de algo que conozco.
Y
yo hablaré
-como
siempre lo he hecho-
del
amor, mi gente, las gaviotas.
De
Paisajes contra la muerte, 1989.
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PARA
PINTAR UNA GIOCONDA
¿Dónde
están, dónde quedan tus tristezas?
¿Cómo
hacer para llegar a tus dolores?
¿Hay
caminos recorridos antes hasta allí dejando señales de ayuda?
¿Hay
senderos abiertos, hay puentes, hay puertas que abrir?
¿Dónde
están las puertas que se abren a tus desgarros?
¿Darás
para mí esa señal?
¿Podré
volarte, podré rastrear las huellas de quienes llegaron antes?
¿O
será una exploración sin mapas, sin cartas marinas, sin rosa de los
vientos?
¿Deberé
guiarme suponiendo el terreno
sólo
atento a las señales que el paisaje nos muestra?
¿Podrás
alcanzar mis islas de piedra entre tormentas?
No
llegaré a tus dolores si no abro mis cavernas para vos,
si
no permito que entres a ella para iluminarlas,
para
estallarlas dejando allí sepultadas
las
voces y las manos del horror como improntas en la piedra,
y
las puntadas del corazón colgado en ganchos doliendo al aire siempre
construyendo
castillos de estalagmitas con sus lágrimas.
Si
no logro que vivas las arrugas de la tristeza
como
alfombras ásperas sobre las cuales nada crece.
Si
no logro que te recuestes en ellas,
si
no siento sobre ellas tu caricia,
no
podré dar color a tus colores
no
podremos pintarnos en tu retrato.
Porque
quiero dibujarte necesito delinear tu rostro sobre tus rostros
y
pintar tus colores sobre mis colores.
Con
un fino pincel sobre tus cejas pintaré mis cejas,
y
sobre tu boca las que yo siento,
y
a tus ojos daré el color que ven los míos,
y
a tus manos le pondré el contorno de las manos que necesito,
y
a tu sonrisa quiero hacerla perfecta y quieta
para
que todos sospechen que estás sonriendo pero que nadie tenga esa
certeza.
Y
sin embargo hay puertas que deberemos abrir antes
para
que pueda dibujarte con los colores que tus ojos reflejan.
Y
hay caminos y senderos que dentro de mí deberás recorrer antes
para
que tus ojos reflejen la luz que desearía ver en tu mirada.
Ahí
están la paleta de colores,
los
pinceles, la espátula y la tela.
Allí
estás,
con
tus movimientos,
con
tu cuerpo que se abre para mí,
con
tu andar por la casa percibiendo en cada lugar los desarreglos,
ordenando
en cada rincón lo necesario,
esparciendo
en toda ella tus delicadas precisiones,
despertando
en mí recuerdos de otros andares
para
entonces igualmente completos.
Allí
estás,
y
en la quietud de tu mirada late el aire que se desplaza con tus
movimientos.
Y
aquí estoy yo en blanco y negro.
Pondré
en los reflejos de tus ojos reflejos de otras miradas,
y
en tu rostro pintaré otros perfiles,
y
en mi sombra serás pinceladas que acarician
y
en mi blanco cometas dejando su estela dorada.
Y
serás todas
y
en especial serás alguna.
De
Viajes y regresos, 2003
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CONVERSACIÓN
DE INVIERNO
Esperando
la llegada del amigo Marcelo Pérez
(a
quien le perdí el rastro hace muchos años)
a
la casa del Docke en Ricardo Gutierrez y Levalle,
en
alguna noche del 78
Sentate,
charlemos,
ha llegado el invierno
y el sol baja temprano.
El frío invita a estar quietos
cerca del horno prendido
en la cocina amable.
Afuera el viento arrastra
las últimas hojas,
las mujeres con sus bolsos
rápidamente vuelven del mercado
y en los vidrios empañados
como en una pantalla,
he descubierto una ciudad
y un río.
Sentate hermano,
la noche viene llegando
y en toda la casa
flotan los fantasmas.
charlemos,
ha llegado el invierno
y el sol baja temprano.
El frío invita a estar quietos
cerca del horno prendido
en la cocina amable.
Afuera el viento arrastra
las últimas hojas,
las mujeres con sus bolsos
rápidamente vuelven del mercado
y en los vidrios empañados
como en una pantalla,
he descubierto una ciudad
y un río.
Sentate hermano,
la noche viene llegando
y en toda la casa
flotan los fantasmas.
¿Sabés
que tengo el corazón dormido?
Me
ha caído sobre él
toda la humedad del mundo
y he sentido cómo se achicaba
hasta ocupar apenas
el espacio que hoy me ocupa
tan mi solo corazón entre los dedos.
toda la humedad del mundo
y he sentido cómo se achicaba
hasta ocupar apenas
el espacio que hoy me ocupa
tan mi solo corazón entre los dedos.
¿Pero
acaso puedo hablarte de él
si está dormido y sueña?
si está dormido y sueña?
Esperemos
entonces que la pava cante
el camino de la tarde
ese camino lento
merece recorrerse suavemente.
el camino de la tarde
ese camino lento
merece recorrerse suavemente.
¿Sabés
que el día se me pobló de voces?
Venían
desde lejos
como el rumor de un tren
y el libro que leía
se me quedó en las manos.
como el rumor de un tren
y el libro que leía
se me quedó en las manos.
Sentate
ya pronto llegará mi mujer
la risa de mi hijo
despertará mi corazón
y todo será distinto.
ya pronto llegará mi mujer
la risa de mi hijo
despertará mi corazón
y todo será distinto.
Pero en tanto charlemos,
hay rostros que nos están mirando.
Vamos
que
te cuento.
De
A Contramano,1981
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Libros
publicados
1979
- La flor en el muro – Tres tiempos
1981
- A contramano
1989
- Paisajes contra la muerte
1995
- Los ojos del cazador
2003
- Viajes y regresos – Ed. Al Margen
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