(Buenos Aires)
El
palacio de la doble hacha
Y uno recorrerá impaciente
las calles interiores y la senda ignorada,allí donde está el hilo devanado en silencio
y en amorosa espera.
El rincón
donde cuajan
la sangre de los sueños, el aliento y la fiebre.
Los escudos retumban.
Repican en la noche los cascos de los toros
escapando del patio.
La reina borda largos, desganados suspiros
con bastidor de ágata.
Y Ariadna trenza el aire de la noche
con dedos de muchacha.
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La
marca
¿Y cómo alguna vez no recordar la mesa
bajo una luna equívoca?
¿Quién nunca sintió hambre, desolación y miedo
en la intrincada latitud del laberinto?
Es entonces que luchamos sin remedio
porque sólo contamos con el grito
hecho una piedra azul en la garganta.
Y pedimos, siquiera,
que el océano devuelva nuestra voz
para encontrarnos otra vez nosotros mismos.
Pero el mar no responde.
Canta en el canto del viento.
Estira en otro puerto su pollera de espuma
con una larga caricia.
Y por eso nos lloramos en la lluvia
como un recuerdo de notas doloridas.
porque sólo contamos con el grito
hecho una piedra azul en la garganta.
Y pedimos, siquiera,
que el océano devuelva nuestra voz
para encontrarnos otra vez nosotros mismos.
Pero el mar no responde.
Canta en el canto del viento.
Estira en otro puerto su pollera de espuma
con una larga caricia.
Y por eso nos lloramos en la lluvia
como un recuerdo de notas doloridas.
Cuando el mar está lejos
el sol marca las sombras de lo esquivo.
Algún día seré una fotografía de bordes apagados
que habrá perdido su color con el tiempo.
Nada más habrá quedado de mí.
De esta tormenta de amores y emociones que remonta
siempre el mismo río.
Alguien dirá que los quería de un modo reiterado y cargoso
y otro dirá que no los quise bastante.
Se dicen tantas cosas de los que ya partieron.
No me harán excepciones.
Seré ángel y bruja, flor y roca, distraída y atenta.
Tal vez alguno me recuerde en los versos
que he escrito para aventar los fantasmas de todas las
ausencias.
Tal vez alguien recuerde la receta de una espuma de
chocolate.
Tal vez alguien ajeno,
alguien que no lleve mi sangre,
tal vez ése recuerde que he vivido
para quererlos tanto.
el sol marca las sombras de lo esquivo.
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Fotos
descoloridas
Algún día seré una fotografía de bordes apagados
Nada más habrá quedado de mí.
De esta tormenta de amores y emociones que remonta
siempre el mismo río.
Alguien dirá que los quería de un modo reiterado y cargoso
y otro dirá que no los quise bastante.
Se dicen tantas cosas de los que ya partieron.
No me harán excepciones.
Seré ángel y bruja, flor y roca, distraída y atenta.
Tal vez alguno me recuerde en los versos
que he escrito para aventar los fantasmas de todas las
ausencias.
Tal vez alguien recuerde la receta de una espuma de
chocolate.
Tal vez alguien ajeno,
alguien que no lleve mi sangre,
tal vez ése recuerde que he vivido
para quererlos tanto.
De Poemas / Café de Buenos Aires / Tercer Milenio (pag. 26)
Editorial: Café Literario de Buenos Aires, 1999.
Directoras: Josefina Arroyo y Patricia Bence
Cuento, crítica literaria, novela, poesía
Libros publicados
1987 Los soles de adentro – del autor
1990 La catedral sumergida – Editorial Legasa
Editorial: Café Literario de Buenos Aires, 1999.
Directoras: Josefina Arroyo y Patricia Bence
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Bähler, María Elena
Seudónimo: Malena BählerCuento, crítica literaria, novela, poesía
Libros publicados
1987 Los soles de adentro – del autor
1990 La catedral sumergida – Editorial Legasa
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