miércoles, 12 de agosto de 2015

De la Vega y Cárdenas, Buenaventura José María (De la Vega, Ventura)


(Buenos Aires 14/7/1807 - Madrid, España 29/11/1865)
A LOPE DE VEGA

Tres siglos ha que este sol
que hoy luce en el firmamento
alumbraba el nacimiento
del gran poeta español.
Purificado al crisol
de una edad y de otra edad,
monstruo de fecundidad,
numen de la patria escena,
Lope con su nombre llena
del mundo la inmensidad.

En la modesta mansión
que oyó su postrer gemido
hoy a Lope se ha rendido
tributo de admiración.
Aquí con mayor razón,
aquí, templo de su gloria,
donde una y otra victoria
le ornaron de resplandores,
demos público y actores
un aplauso a su memoria.
 
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ORILLAS DEL PUSA

¡Qué calor!... Sudando llego,
por la empinada montaña
resbalando,
a este valle que en sosiego
tu corriente, ¡oh Pusa!, baña
susurrando.

Déjame un rato olvidar
en tus orillas mis penas,
y el sediento
labio en tus ondas mojar,
y en tus húmedas arenas
dame asiento.

Tu raudal, de ese elevado
monte al Tajo, en raudo giro
se derrumba,
tan humilde que, sentado,
desde aquí su cuna miro
y su tumba.

No importa que al Tajo ufano
tu breve curso no iguale;
corre ledo;
y que nunca el cortesano
en la carta te señale
con el dedo.

¡Feliz quien encuentra un llano
donde los cerros evite
de la vida,
y allí, del mundo lejano,
tu breve carrera imite
y escondida!

Ese Tajo caudaloso
en cuyo profundo seno
vas a morir,
ya con puente ponderoso
su terso raudal sereno
siente oprimir.

Ya la artificiosa presa
su rápido curso estorba;
ya desciende
ruin batel que se empavesa,
y su cristal con la corva
quilla hiende.

Su destino es envidiar,
o de tu curso suave
la paz suma,
o el alto poder del mar
que puede tragar la nave
que lo abruma.

¡Pobre Pusa!... Si insolente
por esos tendidos llanos
te lanzaras,
en tu cristal inocente
¡cuántos siervos y tiranos
retrataras!

De aquel trance malhadado
de las armas españolas
fue testigo
Guadalete ensangrentado,
y abrió tumba entre sus olas
a Rodrigo.

Berecina el lauro honroso
que cuatro lustros tejieron
hondo tragó,
y el poder de aquel coloso
que los hombres no vencieron,
allí se hundió.

Pusa humilde, manso río,
tu dichoso apartamiento
le procura
contra el ardor del estío
al peregrino sediento
agua pura.

Y al pastor que a tu campiña
desde ese monte desciende,
y al rebaño
que a tus márgenes se apiña,
y al can que el redil defiende
fresco baña.

Y hoy a mi cuerpo cansado,
contra el sol que ardiente pica,
blando solaz.
¡Pusa, adiós!... Corre ignorado,
y los quintas de Malpica
fecunda en paz.
                                Malpica, 1833

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A MIS AMIGOS
 
 No muera, amigos, en el pecho helado
tímido el fuego creador del genio:
llega el momento en que la lira el libre
cántico suene.

Ese que os hizo de abundante vena
rico presente la deidad del Pindo,
no es vuestro sólo; de la patria es feudo:
ella lo pide.

«¡Ay! ¡De la patria!..., preguntar os oigo:
¿Dó está la patria?... Al corazón no llega
del que contento en la cadena vive
himno sonoro.

Francia que el trono de ignominia, alzado
de Waterloo sobre los muertos héroes
fiero padrón de servidumbre indigna
rompe y sepulta.

Francia en buen hora renacer la dulce
lira contemple en que cantaba Horacio
rotos al bote de romana lanza
Partos y Medos.

Goce al cantor de las Mesenias, goce,
Alfonso, tu gigante numen;
Píndaros tenga la que tiene tantos
héroes cual hijos.

¡Ay de nosotros! -Sobre todos cruje
látigo alzado déspota altanero,
y hunde en el polvo y con la planta huella
liras y leyes.»

Sí; mas la Musa que inspiró el robusto
son que la trompa eternizó de Herrera,
cuando Lepanto enrojeció con turca
sangre sus olas;

y la que tierna suspiró en Rioja,
la que del Tormes encantó las aguas,
todas llorosas os demandan nuevas
aras y culto.

«Jóvenes, dicen, a la dulce sombra
de ese laurel que vuestra frente anhela,
santa amistad y poesía junten
vates hermanos.

Harto las iras de belleza ingrata
supo ablandar enamorado canto,
y vuestra lira enguirnaldó de rosas
alma ciprina.

Otros acentos las Pimpleas aman,
cuando despunta suspirada aurora,
pruebe a lanzar el inflamado plectro
ronca tirteida.

¿Veis? Ya Pirene de sus cumbres lanza
hijos de Iberia que a salvarla vienen.
¿Veis? Ya el tirano en su caduco trono
pálido tiembla.

¡Caros alumnos! A la nueva patria,
ya desligada de servil coyunda,
himnos de gloria y libertad la corva
cítara ensaye.»
                                   Madrid, 1830
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LA CITA

Nunca más bello color
dio al horizonte tu llama,
astro de eterno fulgor,
al esconder tu esplendor
la cumbre de Guadarrama.

Nunca tu aroma sentí
más delicioso que ahora,
linda rosa carmesí;
nunca más bella te vi
con las perlas de la aurora.

Arroyo, que turbio y feo
ayer te vi deslizar,
¿cómo tan limpio te veo,
que ya de tu fondo creo
las arenillas contar?

Galanos campos que hacéis
de toda esta pompa alarde,
¿a quién celebrar queréis?
¿O es por dicha que sabéis
que viene Laura esta tarde? 
 

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LAS SOPAS DE AJO

Cuando el diario suculento plato,
base de toda mesa castellana,
gastar me veda el rígido mandato
de la Iglesia Apostólica Romana,
yo, fiel cristiano, que sumiso acato
cuanto de aquella potestad emana,
de las viandas animales huyo
y con esta invención lo sustituyo.

Ancho y profundo cuenco, fabricado
de barro (como yo) coloco al fuego;
de agua lo lleno; un pan despedazado
en menudos fragmentos, lo echo luego;
con sal y pimentón despolvoradao,
de puro aceite tímido lo riego;
y del ajo español dos cachos mondo
y en la masa esponjada lo escondo.

Todo al calor del fuego hierve junto,
y en brevísimo rato se condensa,
mientras de aquel suavísimo conjunto
lanza una parte en gas la llama intensa:
parda corteza cuando está en su punto
se advierte en torno, y los sopones prensa;
y colocado el cuenco en una fuente,
se sirve así para que esté caliente.

                                                   Sopas inmortales

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Seudónimo: VENTURA DE LA VEGA,
Escritor y dramaturgo hispanoamericano.
-- Académico de la Real en 1842
-- Director del Teatro Español en 1847
-- Escribió libretos de zarzuela.

Obras literarias

1833 - Rimas americanas - La Habana, Cuba
1866 - Obra Poética (incompleta) – París, Francia OP
1873 - Poesías líricas – Madrid, España OP
-- Improvisación (soneto inédito hasta comienzos del S. XX)

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